domingo, 15 de agosto de 2010

"Siete Pétalos" en una barquita.

En un dedal el sombrero octogenario,
la banda de marfil en las caderas elíseas.
En clave de Sol el impuntual calendario,
arranca de su armario la ropa vieja y maltrecha.

Esqueletos dormidos sobre los recuerdos:
El mercado, calle vieja, la plazuela…
y un coro de chiquillos esperando la cena;
timonel de sus vidas madre que todo lo lleva.

Rebrinca el cincel que ciñe tus arrugas,
la lana y el croché de tus labios de costura.
Bajo la cuesta del Sol sombras de un pliegue tardío
cantaba la buena nueva por haberte conocido.

En una barquita pequeña va navegando la Azucena,
con siete pétalos en flor savia de amor en su venas.
Tras el cielo quebradizo despierta al flote una isleta.
Gorriones y girasoles pintaban rostros de belleza.

lunes, 2 de agosto de 2010

Tarde y Noche.

Ha comenzado la tarde,
la luz viene pulida,
cabalgando entre paisajes,
retozan las golondrinas.

La noche besa a bocados,
el diminuto horizonte;
la fiebre se aleja despacio,
por recovecos y ruinas.

Asiento mis reflexiones,
en la cornisa del mundo,
se asoman encandilados,
los trovadores confusos.

Ha comenzado la noche,
y me sorprende despierto,
recostado sobre un lecho,
de presagios venideros.

La niebla baja encendida,
buscando la yesca seca,
para empapar las caricias,
con nubes de agua fresca.

La calma invade el tacto,
de un apacible encuentro.
Un ruido de cristales,
enturbian nuestros secretos.